En la Unión Europea hay conciencia de que el software libre es una revolución

Por Darío Drucaroff
Roberto Di Cosmo, científico italiano instalado en París, reconocido por dedicarse a las problemáticas del mundo del software libre, viajó a la Argentina debido a que se encuentra coordinando el Proyecto MANCOOSI (Managing the Complexity of the Open Source Infrastructure), del cual se encuentra participando la empresa local Pixart (ver Pixart elegida por la Comunidad Europea).

"Hace varios años empezamos a desarrollar tecnología para simplificar el trabajo hecho por los fabricantes de las distribuciones, porque para nosotros se trata de un elemento fundamental para mejorar el nivel de software a largo plazo para todo el planeta", dijo Di Cosmo en diálogo con este medio. "Ahora estamos empezando un nuevo proyecto, y por eso estoy en Argentina. Se trata de analizar cómo manejar la complejidad de la infraestructura open source, y es un desafío grande. Se trata de un nuevo objeto de estudio que prefigura lo que va a ser parte del mañana".

- ¿Por qué la Unión Europea impulsa este tipo de proyectos?

- En la Unión Europea hay conciencia a largo plazo de que el software libre es una revolución mayor. Es un momento de ruptura donde los esquemas económicos cambian. Es un momento de ruptura y de oportunidades, y esas oportunidades las agarra el primero que despierta, no el último. Y además, en particular en Europa, que es una región en donde hay muchísima experiencia en servicios de software y poquísima en edición de software, a diferencia de Estados Unidos. El modelo europeo de servicio está perfectamente adaptado al modelo del software libre. Y este tipo de proyectos es un elemento clave.

- ¿Cómo se toman estas decisiones de investigación y desarrollo en la Unión Europea?

- La complejidad de la toma de decisiones en la Unión Europea es algo que no te podés imaginar, y que te podría explicar en toda una semana. Europa sufrió mucho la Segunda Guerra Mundial, y la apuesta fundamental es que la gente de distintos países trabaje junta. Una manera de lograrlo fue financiar proyectos de trabajo conjunto donde trabaje gente de países diferentes. Esta idea de hacer investigación y desarrollo viene desde hace 25 años, y el objetivo es crear una zona europea de Investigación y Desarrollo.

- En Argentina se está viviendo un crecimiento en lo que es desarrollo de software para el exterior. ¿Cómo ves esta situación?

- No me parece una buena solución. Cuando Cristóbal Colón llegó a América los europeos le daban a los indígenas piedritas y vidrios a cambio de plata y oro. En el mundo nuevo que se está creando, la riqueza no es más lo que tenés en el bolsillo, sino lo que tenés en la cabeza, la capacidad intelectual. La actividad de creación y desarrollo es extremadamente cansadora y exigente. Fijate que los programadores de primer nivel cada vez son más jóvenes y duran menos, la tecnología crece mucho, entonces son productivos entre los 18 y 25 años, y luego ya cambia la tecnología. Esa gente acá, tan creativa, es un tesoro. Lo podés usar para desarrollar un conocimiento tuyo, o comprar las tres piedritas, que es el sueldito de tres mil pesos, cuatro mil pesos. A cambio de las piedritas se les da todo el conocimiento con el que desarrollan software, que después van a volver a vender acá en Argentina a precios monstruosos. ¿Es inteligente eso? A mí no me parece.

- ¿Cuál es tu visión sobre el momento que está viviendo el software libre?

- Estamos en una fase saliendo de la época inicial del software libre: una cosa que no se entendía muy bien cómo funcionaba. Ahora estamos en una época de industrialización. La Unión Europea hizo un estudio que fue publicado en noviembre de 2006 donde se estima que en 2010 la parte de software libre en el mercado mundial de tecnologías de la información será del 30%. Es una barbaridad, y esto hay que manejarlo, no es sencillo. Hay un montón de gente que llega y dice mirá vos, yo ahora voy a hacer software libre, y nunca vio cómo funciona. Esto es un peligro, hay que manejar este crecimiento. ¿Cómo hacés para manejar este crecimiento y absorber ese enorme volumen? Todo esto es un desafío gigante.

Fuente: Canal-Ar.com.ar